CONVERSACIÓN DE ESTUDIO CON MIQUEL GARCIA.

El Arte como Herramienta Crítica

Sant Narcís, Girona

Conocí a Miquel Garcia hace muchos años en Hangar, un centro de creación artística de Barcelona donde yo trabajaba y donde él tenía un estudio. Desde entonces, su trayectoria se ha mantenido fiel a una mirada crítica que se manifiesta tanto en su obra como en su relación con el espacio de trabajo. Su carrera está marcada por la investigación, la crítica social y una visión incisiva sobre el lugar que habita. Desde proyectos sobre la memoria histórica hasta reflexiones sobre la gentrificación y la precariedad, su trabajo pone el dedo en la llaga en cuestiones que a menudo pasan desapercibidas. En esta conversación, hablamos de su proceso, de los desafíos de un artista sin taller fijo y del papel del arte como herramienta crítica.

¿Cómo describirías tu estudio?

Mi zona de trabajo es la que no tengo. Durante muchos años he dispuesto de diferentes estudios y talleres, espacios multidisciplinarios donde podía almacenar todo el material que utilizo para mi producción. Pero actualmente mi estudio es nómada: trabajo mucho en la biblioteca, investigo y, cuando necesito un espacio concreto para producir, busco un taller temporal. Ahora mismo, por ejemplo, estoy en la asociación cultural La Volta, en el barrio de Sant Narcís de Girona, donde he alquilado un espacio durante un mes para desarrollar un proyecto de joyería.

¿El estudio ha cambiado la manera en que trabajas o enfocas tu obra?

Totalmente. Ya no tengo un estudio fijo, y eso me ha obligado a adaptarme y a hacer proyectos puntuales según el espacio del que dispongo. Si tengo un taller, puedo trabajar de manera más plástica y extensa; si no, me centro en la parte conceptual, la investigación y los aspectos visuales. Esta condición móvil ha afectado la forma en que planifico mi producción.

¿Cuáles son los elementos u objetos de tu estudio que consideras esenciales para tu trabajo?

Siempre llevo conmigo la documentación del proyecto en el que estoy trabajando y algunas herramientas esenciales. Un objeto importante para mí es una publicidad de pastillas Andreu de los años veinte, que me regaló mi padre. Es una especie de mapamundi con husos horarios que me recuerda quién soy, de dónde vengo y la conexión con el mundo.

¿Te sientes influenciado por el espacio físico del estudio cuando estás creando?

Mucho. El espacio determina el tipo de obra que hago. Si tengo un taller grande, me permite trabajar con pintura y escultura; si no, me centro en la investigación y en proyectos más conceptuales. Ahora, por ejemplo, quiero iniciar un proyecto de escultura, pero necesito un espacio adecuado y aún no lo he encontrado.

¿Cómo organizas tu tiempo en el estudio? ¿Tienes alguna rutina especial?

Intento organizarme, pero el tiempo administrativo y de gestión que tenemos hoy en día los artistas visuales lo complica. Cuando trabajo, silencio el teléfono y evito mirar correos electrónicos. En la biblioteca, esta concentración es más evidente. Cuando hago joyería, escucho música y me centro plenamente en la creación.

¿Cómo te afecta el entorno donde está ubicado tu estudio?

Ahora mismo estoy en La Volta, un espacio que ya conocía de otras residencias. Aunque el barrio no ha influido directamente en este proyecto concreto, mi trabajo actual trata sobre los bombardeos de la Guerra Civil en Girona, así que la ciudad siempre acaba estando presente en mi obra.

¿Cómo influyen los elementos locales (cultura, paisaje, comunidad) en tu obra?

La cultura y la historia de cada lugar influyen en mi trabajo. Ahora mismo estoy trabajando en un proyecto vinculado a la memoria histórica de Girona, y siempre hay un diálogo con el territorio y su gente.

¿Hay algún aspecto de la ciudad/pueblo/entorno que encuentres particularmente inspirador para tu trabajo?

Girona es una ciudad con mucha sensibilidad por el arte y la cultura, pero sufre una falta de espacios de producción artística. Hay buenas programaciones culturales y formativas, pero falta un centro de creación como Hangar en Barcelona. Esta realidad me ha hecho reflexionar mucho sobre la importancia de tener infraestructuras para los artistas.

¿Crees que tu obra sería diferente si estuvieras en otro lugar?

Seguramente. El espacio disponible y la cultura local condicionan mucho el tipo de obra que puedo hacer. En Brasil, por ejemplo, tuve un estudio en “Casa das Caldeiras” durante un año y allí mi trabajo tomó un enfoque diferente. Si tuviera un espacio fijo, podría trabajar con otros materiales y formatos.

¿Cómo te conectas con la comunidad artística o cultural del lugar donde trabajas?

Conozco gente de La Volta y otros espacios artísticos. Siempre es interesante intercambiar ideas con otros artistas y creadores. La interacción con la comunidad siempre enriquece mi trabajo.

¿El lugar donde vives ofrece oportunidades o desafíos específicos para un artista?

Girona tiene una comunidad artística viva, pero la ausencia de espacios de producción es un gran desafío. Además, la ciudad ha sufrido un proceso de gentrificación peculiar, impulsado en gran parte por el auge del ciclismo. Este fenómeno ha transformado el Barri Vell en un espacio altamente revalorizado, con restaurantes, tiendas e incluso viviendas especialmente orientadas a los ciclistas. Esta nueva dinámica económica fue percibida inicialmente como una oportunidad, pero ha terminado generando problemas como el aumento del costo de vida y la saturación de los espacios públicos. Ahora mismo, la ciudad vive una polarización entre quienes defienden este modelo y quienes alertan sobre sus consecuencias. En paralelo, muchos artistas de Girona han decidido establecerse fuera de la ciudad, aprovechando la proximidad de pueblos con una gran carga simbólica como Empúries, Rupià o La Bisbal, donde se están impulsando proyectos de revitalización artística. Así, mientras Girona lucha con su propia transformación, su entorno sigue siendo un polo de atracción para la creación artística y el diálogo con el territorio.

https://www.miquelgarcia.net/

 

 

Sant Narcís: un barrio con alma

Las emblemáticas casas de Sant Narcís: historia y encanto

Tras las inundaciones de 1940, se inició la construcción de 400 viviendas conocidas como “casas baratas” o “casas jardín” para alojar a las familias afectadas. Estas viviendas unifamiliares, diseñadas con un pequeño jardín, reflejan la influencia del movimiento de ciudad jardín promovido por el arquitecto Ignasi Bosch. Esta arquitectura única ha contribuido a forjar una identidad propia y un fuerte sentimiento de comunidad entre los residentes. Pasear por sus calles es encontrar un ambiente acogedor, con vecinos que han vivido aquí toda la vida y nuevos residentes que aprecian este equilibrio entre historia y comodidad.

Un barrio con vida: la plaza de la Asunción, La Volta y una comunidad activa

El corazón de Sant Narcís late en la plaza de la Asunción, un espacio siempre lleno de vida. Aquí se organizan fiestas, mercados, encuentros vecinales y conciertos, manteniendo una fuerte tradición de vida comunitaria. Uno de los ejemplos más destacados es La Volta, un proyecto que da vida a talleres de artistas y artesanos y que ha transformado la plaza en un referente cultural en Girona. Esto hace que Sant Narcís sea un barrio con un alma creativa y dinámica, donde siempre hay algo por descubrir.


 

Sant Narcís: un barrio con alma

El barrio de Sant Narcís, situado al oeste de Girona, es conocido por su rica historia, la arquitectura singular de sus “casas baratas” y una vibrante vida comunitaria que se manifiesta especialmente alrededor de la plaza de la Asunción. Su ubicación, cerca de la estación y del centro, combina el encanto de su arquitectura histórica con una comunidad activa y un ritmo de vida que aún conserva la esencia de un barrio auténtico. Esto lo convierte en una de las mejores opciones para quienes buscan escapar de los precios prohibitivos del centro o de zonas más cotizadas de la ciudad.

El mercado inmobiliario de Sant Narcís ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años. Este barrio combina una ubicación estratégica con una amplia oferta de servicios, lo que lo convierte en una opción atractiva tanto para familias como para profesionales que buscan establecer su residencia en Girona.

Según datos de SpainHouses.net, en septiembre de 2024, el precio medio por metro cuadrado en Sant Narcís era de 2.300 €, con un precio medio por vivienda de 207.000 €.

Esta cifra es inferior a la media de la ciudad de Girona, donde el precio por metro cuadrado se sitúa en 2.629 €, según datos de Fotocasa de julio de 2023.

Además, Sant Narcís destaca como una de las zonas más asequibles de Girona para la compra de viviendas de segunda mano. Según Fotocasa, el precio por metro cuadrado en este barrio es de 1.911 €, un 18,8% por debajo de la media nacional.

La combinación de precios competitivos y una ubicación privilegiada hace que Sant Narcís sea una opción muy atractiva.

¿Por qué elegir Sant Narcís?

Si buscas un barrio con personalidad, donde puedas formar parte de una comunidad auténtica y disfrutar de un estilo de vida tranquilo pero bien conectado con Girona, Sant Narcís es, sin duda, una opción a tener muy en cuenta. Comprar aquí significa invertir en una forma de vida más humana, cercana y asequible.

¿Quieres más información?

Si estás interesado en comprar o vender una propiedad en Sant Narcís, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Te ayudaré a encontrar la mejor opción según tus necesidades.

Comparar listados

Comparar